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miércoles, 7 de octubre de 2009

Trastornos de las emociones en la Segunda Infancia


1.1 Miedo

Es una respuesta emocional normal ante situaciones que implican peligro para el sujeto. Es una respuesta diferenciada ante un objeto o situación específica. Es un fenómeno evolutivo y transitorio.

EL miedo en la segunda infancia

Cuando la ansiedad remite a estímulos específicos, se habla propiamente de miedo. La mayoría de los niños experimentan muchos temores leves, transitorios y asociados a una determinada edad que se superan espontáneamente en el curso del desarrollo.


El miedo constituye un primitivo sistema de alarma que ayuda al niño a evitar situaciones potencialmente peligrosas. El miedo a la separación es la primera línea de defensa; si se rompe ésta, entonces entran en acción los miedos a los animales y a los daños físicos. Desde esta perspectiva, los miedos son respuestas instintivas y universales, sin aprendizaje previo, que tienen por objetivo proteger a los niños de diferentes peligros.


1.2. Fobia

Es una forma especial de miedo y reacción desproporcionada, irracional, fuera de control voluntario del sujeto, implica respuestas de evitación de la situación u objeto fobizado y es persistente en el tiempo.

1.2.1 Fobias en los niños

Cuando los miedos infantiles dejan de ser transitorios hablamos de fobias. Las fobias son una forma especial de miedo. Las fobias infantiles suelen aparecer con más frecuencia entre los 4 y 8 años.


Las fobias de los niños están ligadas al temor injustificado y no razonable ante objetos, seres o situaciones del cual el sujeto reconoce lo ilógico, pero lo dominan repetidamente; tiene como consecuencia una inhibición en el campo de la acción y a menudo, en el de la representación. La exposición del niño al objeto fóbico provoca casi invariablemente ansiedad. Para que se trate de un trastorno la ansiedad debe interferir en las actividades cotidianas del niño.


Tipos de fobia:


Fobia Social

Los criterios para diagnosticar este trastorno son:

  • Marcado y persistente temor sobre uno o más aspectos del rendimiento social.
  • Temor intenso a la crítica y humillación en público.
  • Miedo a estar con personas diferentes a los amigos o familiares.
  • La exposición a situaciones sociales casi siempre provoca ansiedad, predisponiendo, en algunos casos, a un ataque de pánico.

Los niños con fobia social presentan, con frecuencia, distintos grados de depresión, así como también poca confianza en sus habilidades y una fuerte tendencia a ser obstinados. .

  • Fobia Específica.

Es el temor exagerado e irracional a un objeto o situación determinada (volar, contacto con animales, a las alturas, a los espacios cerrados, a la oscuridad, a los insectos, etc.) Constituye el trastorno fóbico más frecuente. En los niños, las Fobias Específicas más frecuentes son: A los animales, A irse a dormir, Fobia escolar, A la oscuridad.


. Miedo a la acción exterior por elementos insólitos; movimientos inesperados, oscuridad, perdidas de equilibrio, ruidos raros o excesivos

. Miedo a elementos naturales: silencio, fuego, olas, truenos.

. Fobia a animales grandes o pequeños, por ejemplo, perros, caballos, ratas etc.

. Miedo a personas irreales, pero que guardan un considerable valor real puesto que han sido descritos como peligrosos y presentados bajo estructuras sobrenaturales (fantasma, brujas, etc.)

. Miedo a ser descubierto por la mirada de otro o manifestaciones de su propia persona (miedo a sonrojarse).

. Miedo a que una persona cercana pueda sufrir un accidente o a la muerte de esta persona.

. Temor a la oscuridad.


1.2.2 Comportamiento del niño fóbico

La actitud del niño frente a la fobia y el comportamiento del niño fóbico están íntimamente ligados. Cuando el niño se encuentra con frecuencia frente al objeto fóbico, puede presentar verdaderas reacciones de miedo con componentes neurovegetativos asociado al gasto tensional que esto lleva consigo, cuando no puede evitarlo, el niño reacciona con una huida de pánico que no hace más que acrecentar su tensión y que pude todavía aumentar su fijación fóbica y el temor a futuras situaciones equivalentes; a veces se puede permitir afrontar el objeto, pero a expensas de una fuerte angustia que podría traer consigo un sentimiento de debilidad o una de depresión.


1.3. Trastorno de Ansiedad:
Se caracteriza por un sentimiento de peligro inminente con actitud de espera, provocando un trastorno más o menos profundo; experiencia individual que invade a la persona.

En los niños, la ansiedad se expresa en forma de llanto, oposición, berrinches y una necesidad imperiosa de evitar la situación. A diferencia de los adultos, los niños no tienen porque reconocer lo irracional del miedo.

Los miedos constituyen un factor casi constante en el transcurso del desarrollo humano. La aparición de la ansiedad en los niños, lejos de constituir un rasgo patológico, indica una evolución en la que podemos observar la conciencia que el niño va adquiriendo acerca de su propia individualidad, de sus límites y de sus recursos.


En la segunda infancia, la naturaleza de los miedos es muy amplia; aparecen temores a: Animales, Monstruos, fantasmas y Situaciones de soledad.


A partir de los 7 años se presentan temores acerca del rendimiento escolar y deportivo, temores de tipo existencial y el miedo a la muerte.


Los temores descriptos disminuyen o desaparecen cuando el niño evoluciona de modo normal. Si esto no ocurre, es probable que nos encontremos frente a un Trastorno de Ansiedad.


4.3.1 Etiología de los trastornos de ansiedad en la segunda infancia

En el origen de los trastornos de ansiedad desempeñan un papel importante, por un lado, los acontecimientos estresantes como el divorcio de los padres en los períodos críticos de la infancia y, por otro, el estilo educativo de los padres con los hijos. En concreto, hay una estrecha relación entre la ansiedad materna, la sobreprotección de los hijos y las respuestas de ansiedad por parte de éstos. Los niños ansiosos tienden a responsabilizarse excesivamente de los fracasos, experimentan dificultades para generar alternativas de actuación y discriminar las que son efectivas de las que no lo son y por último, suelen ser lentos en la toma de decisiones. La atención excesiva del niño a sus propias reacciones y a sus propios pensamientos contribuye a desarrollar y mantener la ansiedad.

1.3.2 Clasificación de los trastornos de ansiedad.


  • Trastorno de Ansiedad por Separación

Surge ante la separación real o la amenaza de separación de un adulto significativo (madre), lo cual genera ansiedad marcada.


Este trastorno se caracteriza por ansiedad excesiva e inapropiada para el nivel de desarrollo del niño, referente a su separación respecto del hogar o de las personas con quienes está vinculado.


Síntomas:


ü Preocupación excesiva y manifiesta en relación a la salud o seguridad de sus padres.

ü Miedo que algo terrible lo separe de las figuras significativas.

ü Miedo a estar solo.

ü Negativa a ir a la escuela.

ü Quejas somáticas cuando se anticipa la separación.

ü Crisis de angustia frente a la separación.

ü Insistencia en dormir con los padres.

ü El niño no acepta quedarse en el colegio.

Así como también síntomas somáticos: náuseas, vómitos, gastralgias, anorexia.

Este trastorno se encuentra estrechamente ligado al Trastorno de Pánico. Estudios clínicos han determinado que la mitad de los niños con este trastorno presentan, además, otro trastorno de ansiedad y en un tercio de ellos encontramos, también, estados depresivos. Otros estudios sugieren que esta patología incrementa el riesgo de desarrollar Trastorno de Pánico y Agorafobia durante la niñez o la adultez (Moreau y Follet 1993).

  • Trastorno de Pánico.

Los síntomas físicos y cognitivos son similares a los que ocurren en el adulto. Puede presentarse en forma inesperada y espontánea, pero en general aparece asociado a otros diagnósticos, especialmente a los de Ansiedad por Separación, Fobia Escolar y Agorafobia.


  • Trastorno de rivalidad entre hermanos

Celos marcados con agresividad hacia el hermano generalmente más pequeño. La agresividad puede ser abierta o velada; comienza después o poco antes del nacimiento del hermano. El niño compite con el hermano por la atención de los padres. A veces se observan pequeñas regresiones o pérdida de capacidades ya adquiridas con comportamiento de bebé

  • Trastorno De Ansiedad Generalizada.

En contraste con las fobias especificas, en este trastorno encontramos una excesiva preocupación y temor a diversas situaciones de la vida cotidiana. Es decir, que no está enfocado en una situación u objeto determinado. Los niños con este trastorno van cambiando, con el correr de las semanas, los focos de preocupación.

Síntomas:
  • Reocupación crónica y excesiva, difícil de controlar: Fatiga fácil, Quejas somáticas frecuentes.
  • Mal humor.
  • Berrinches frecuentes ante situaciones de cambio o que el niño pueda evaluar como peligrosas o insegura.
  • Trastorno Obsesivo Compulsivo.

Las obsesiones son ideas permanentes, que irrumpen y asedian a quien las padece. Son difíciles de controlar y se acompañan de una sensación de malestar y ansiedad de la que el niño no puede desprenderse.


Llamamos compulsión a la necesidad de ejecutar una acción o tener un pensamiento con el objeto de aliviar la ansiedad o impedir que algo malo suceda (pensamiento mágico). Las obsesiones y compulsiones deterioran la vida social y escolar. Las compulsiones más frecuentes en los niños son:

  • Lavado ritualizado de manos.
  • Necesidad de repetir, chequear y contar.
  • Rituales a la hora de dormir.

La edad de comienzo se sitúa alrededor de los 8 años. La mayoría de lo adultos con este trastorno refiere haberlo sufrido desde su infancia, sin que nadie notara que estaban sufriendo síntomas constitutivos de una patología.

Referencias bibliograficas

. Ajuriaguerra, J. (1984). Manual de Psiquiatría Infantil. Barcelona. Masson. SA.

. Jiménez, M. (1997). Psicopatología infantil. Granada. Ediciones Aljiba.

. Livia, J. (2004). Epidemiología de Psicopatología Infantil en la población escolar de Lima. Tesis de Maestría. Lima. UNFV.

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